Keep going, 2003
Keep going es un diario acerca de la vida, una parte de mi vida, la que transcurrió en la ciudad de Londres en los años 2001/2002. Comienza, como todos los diarios, con un gesto arbitrario pero fundamental: mirar más allá de mi ventana.
Es difícil decir que algo es tuyo cuando nada lo es; allí vivía, allí trabajaba pero nada de lo que allí había era mío, sólo –eso era lo que creía- lo que estaba al otro lado. El punto y final, Canary Wharf. Allí nos arremolinábamos, en una vertical espeluznante, siguiendo una coreografía nunca aprendida, trabajadores y gente de paso, tiendas y oficinas. Era el lugar de lugares, el no lugar.
Entremedias el diario, “anotación de los sucesos reales o imaginados que sigue una pauta regular, aunque no estrictamente diaria”. Fotografías que son como puntadas del hilo que une mi viaje. Afloran, aquí y allá, sin importar el calendario y los mapas, solamente para rescatar del tiempo la importancia del instante. Lewis Hine comentó en una ocasión que “si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara”. Hablar, narrar, nombrar son medios para apropiarnos de lo que nos es extraño, de lo que esta fuera de nosotros. Mis fotografías son mis palabras, pero no son sólo palabras.
Keep going articula voces, gestos, emociones,… las mías y, también, las de los otros – aquellos que están al otro lado del objetivo – unidas por la mirada. Una mirada, la mía, que trata de recuperar la vida del paso del tiempo, pero que no aspira a lo imposible, a desvelar su naturaleza. Mis fotografías no buscan explicar el mundo, únicamente encontrarnos en él. Así, las imágenes de este diario tejen un vínculo secreto, una malla que nos envuelve a todos, trastocando nuestras posiciones anteriores. Se (re)unen, por así decirlo, en el espacio ficticio del papel fotográfico, aquellos elementos que nos permiten reconocernos como personas por encima de las biografías particulares. Keep going, seguir adelante, porqué esté donde esté, aquí o allí, abro los ojos y no me canso de mirar. Aunque te cansas de la ciudad, no te cansas de mirar, no te cansas de vivir.
Entremedias el diario, “anotación de los sucesos reales o imaginados que sigue una pauta regular, aunque no estrictamente diaria”. Fotografías que son como puntadas del hilo que une mi viaje. Afloran, aquí y allá, sin importar el calendario y los mapas, solamente para rescatar del tiempo la importancia del instante. Lewis Hine comentó en una ocasión que “si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara”. Hablar, narrar, nombrar son medios para apropiarnos de lo que nos es extraño, de lo que esta fuera de nosotros. Mis fotografías son mis palabras, pero no son sólo palabras.
Keep going articula voces, gestos, emociones,… las mías y, también, las de los otros – aquellos que están al otro lado del objetivo – unidas por la mirada. Una mirada, la mía, que trata de recuperar la vida del paso del tiempo, pero que no aspira a lo imposible, a desvelar su naturaleza. Mis fotografías no buscan explicar el mundo, únicamente encontrarnos en él. Así, las imágenes de este diario tejen un vínculo secreto, una malla que nos envuelve a todos, trastocando nuestras posiciones anteriores. Se (re)unen, por así decirlo, en el espacio ficticio del papel fotográfico, aquellos elementos que nos permiten reconocernos como personas por encima de las biografías particulares. Keep going, seguir adelante, porqué esté donde esté, aquí o allí, abro los ojos y no me canso de mirar. Aunque te cansas de la ciudad, no te cansas de mirar, no te cansas de vivir.
En 2006, Elena recibe el primer premio al mejor porfolio dentro de las jornadas “Abierto de Fotografía” en Almansa, Albacete. El premio le otorga una exposición individual del proyecto keep going en la Casa de la cultura de la ciudad así como la publicación de un catálogo editado por la organización. En 2008, keep going se muestra en una exposición individual en la Galería Space 2410 en Japón.